Rafael Jiménez: «El término ‘emergente’ está tan manoseado que cada vez más pierde sentido»

María von Touceda Por María von Touceda
14 Min lectura
El artista nos habla de cómo ha llegado a su técnica, sus referentes y otras cuestiones del mundo del arte

En el arte, como en la música, la distorsión crea en el espectador unas sensaciones que la nitidez no logra alcanzar. Algunas pueden llegar a ser muy placenteras cuando se relacionan con perderse en esta deformación, y otras nos imbuyen en una especie de torbellino en el que la mente intenta captar qué notas están detrás de aquello para poder posicionarse ante lo que está ocurriendo.

Estas dos variantes podrían aplicarse al trabajo de Rafael Jiménez Reyes (Córdoba, 1989). En él, pinturas realizadas con plastilina, o dibujos en carboncillo y rotulador, se apropian de icónicas imágenes de la Historia del Arte y fotografías para crear nuevas obras donde reina esta distorsión.

Jiménez utiliza la práctica artística y la pintura como medio de reflexión sobre el paso del tiempo, las transiciones entre pasado, presente y futuro, y las diferencias entre historia y memoria (personal y colectiva), desde la apropiación de estas imágenes icónicas, históricas y populares. Se trata de una investigación sobre la multiplicidad de puntos de vista y cómo ellos construyen nuevas formas de expresión.

Licenciado en Bellas Artes en la especialidad de Grabado y Diseño por la Universidad de Sevilla, inicia su trayectoria en el arte urbano realizando murales y participando en numerosos eventos en todo el terreno nacional. Esta etapa está marcada por una época en la que viajó Nueva York, y se relacionó con grandes figuras del grafiti.

Esta experiencia, junto con una estancia con el equipo arqueológico Cuevas de Nerja en 2009, funcionaron como un punto de inflexión para dedicarse exclusivamente a las artes plásticas teniendo en la deformación de la imagen.

Rafael Jiménez ha expuesto su trabajo en distintas ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Gijón, Málaga o Lisboa o Moscú en muestras individuales y colectivas. También ha sido becado por la Fundación para jóvenes creadores Antonio Gala, la I Beca de producción EmergenT Torremolinos y los XV Encuentros de arte Genalguacil Pueblo-Museo, entre otras.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Venus), 2019. Plastilina sobre papel. 170 x 120 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Realizas versiones de grandes obras de la Historia del Arte con una técnica innovadora en plastilina, ¿cómo ha sido la experimentación que te ha llevado a trabajar con ese material?

R. Ha sido un proceso lento, extendido en el tiempo, y fruto de la práctica y la reflexión. Se trata de una serie que no tiene un inicio claro y no necesariamente un final. Durante la carrera investigaba sobre la deformación de la imagen, buscaba un material que me permitiera distorsionar a la vez que pintaba, y tras probar a cubrir pequeños objetos con plastilina para tratar de alterar su forma comencé a probar con ella como un material pictórico. Empecé solo usando blanco y negro y poco a poco jugando y desarrollando diferentes ideas para explorar el material como algo asociado al pasado y la infancia, al regreso.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Sorolla), 2021. Plastilina sobre papel cortado. 149 x 90 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Existe algún precedente que utilice esta técnica?

R. Es un material sencillo, casi de manualidad y auxiliar en la escultura, aunque a nivel pictórico quizá se ha prodigado menos. Hay creadoras como Paula Dittborn, el colectivo Mondongo y Henry Hudson que, aunque estén más cerca de la pintura, juegan también con el empaste del material y su volumetría. Por mi parte nunca se trató de coger un material y estirarlo por sentirlo novedoso, sino de una necesidad y un uso acorde al sentido. Para mí es lo más difícil, encontrar imágenes acordes a mis preocupaciones y que me resulten interesantes para pintar.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Girasoles), 2020. Plastilina sobre papel. 50 x 70 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. En estos trabajos consigues que las obras sean reconocibles a pesar de que están codificadas a través de líneas, ¿por qué te has decantado por esta visión?

R. Mi alta hipermetropía siempre ha sido un factor a tener en cuenta a la hora de trabajar pues el simple hecho de ponerme y quitarme las gafas ya es «filtrar» lo que veo. En estas distorsiones acabo localizando un patrón en el que el dedo al distorsionar dibuja y acaba la imagen a la vez que la «revela». Es una especie de escáner, una forma de pasar por todas las zonas del cuadro, generando una especie de glitch, cercano a un error de la imagen pantalla donde la nitidez lo es todo. Es tocar la imagen o ese pasado de algún modo, cómo si no puedes ver y es el tacto por lo que te guías.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Mis hermanas), 2020. Plastilina sobre papel. 50 x 70 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. También realizas dibujos donde las imágenes tampoco son nítidas del todo, ¿qué emociones crees que despierta esta falta de nitidez?

R. Para los dibujos parto de fotografías apropiadas, de mis álbumes o de redes sociales. Trabajo habitualmente con carboncillo o rotulador, como materiales sencillos e iniciáticos, buscando un código mínimo entre grano y píxel, forzando el punto en el que se reconoce la imagen. Cuando cubro con el aerosol en sucesivas capas de color la imagen se va velando poco a poco. Para mí es una especie de imagen latente, que está lejos, que se deja ver un segundo y se va. De igual forma es no ver con claridad, pensar en esas transiciones que ocurren entre tiempos, cambios que no sabes cómo se dan y de pronto están ahí, al final es una forma de visualizar o hablar sin palabras de lo que me preocupa.

 

 

 

Rafael Jiménez, Pertenecer de alguna forma, 2020. Instalación pública. Azulejo sobre pared. Genalguacil Pueblo Museo. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué figuras de la Historia del Arte te han marcado más?

R. Sin duda Gerhard Richter continúa siendo mi referente más importante, en sus vertientes figurativa y abstracta, para mí es fundamental. Christian Boltanski, Goya, Caravaggio, Picasso… Acudo cada vez más a Van Gogh, aun siendo un artista que no me interesaba demasiado. Más cercanos a mi entorno y ciudad me influyó mucho la pintura de Antonio Povedano, y cada vez más, aunque no en lo pictórico, pero sí en lo actitudinal y concepción de la creación y lo social, Juan Serrano.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Vermeer), 2020. Plastilina sobre papel. 40 x 50 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿A qué artistas de tu generación admiras?

R. Te haría una lista casi infinita. He tenido la suerte de encontrarme y aprender de muchos de ellos, y si pienso en un enorme dream team no faltarían; Miguel Scheroff, Ana Barriga, Jose Luis Valverde, María Rosa Aránega, Jose Iglesias García-Arenal, Demetrio Salces, Federico Miró, Alegría y Piñero, Paloma de la Cruz, Ignacio Estudillo, Chema Rodríguez, Vanesa Morata, Julio Anaya Cabanding, Raquel Serrano, Paula Valdeón, Carlos Sagrera, Alexander Gross, Carlos Faura, Rafael Blanco, Manuel García Cruz, Lidia Sancho, Fede Granell, Gabi Gallego, Seleka, Little, Cristina Ramírez… Y aunque no comparta «generación», creadores como Miguel Ángel Moreno, Antonio Blázquez, Nacho Martín Silva, Yann Leto o Guillermo Martín Bermejo están siempre en mi pequeño hall of fame mental, los veo con muchísima admiración.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Velázquez), 2019. Plastilina sobre papel. 200 x 140 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuándo deja un artista de ser emergente?

R. ¿Cuándo empieza? El término «emergente» está tan manoseado que personalmente creo que cada vez más pierde sentido. Supongo que entendemos los 35 años y una trayectoria en determinados espacios más o menos legitimados. Pero es que yo quiero ser artista “senior” también, y me da la sensación de que esa «emergencia» pierde sentido sobre todo si se relaciona exclusivamente con la palabra joven y una idea confusa sobre el éxito o la trayectoria antes de los cuarenta. Creo que no hay que tener prisa en nada. Prefiero poder presentarme siempre que estar «visto», y más que trascender antes de determinada edad, mi objetivo siempre ha sido poder abrir la puerta del taller otro día más.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Monet), 2020. Plastilina sobre papel. 30 x 40 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cómo vives tu relación con el coleccionismo?

R. He tenido la suerte de que mi trabajo ha interesado a muchas personas que me han permitido continuar. Para mí no es un fin en sí mismo, trabajar pensando en vender puede ser un camino rápido a la frustración ya que el mercado y el mundo del arte son complejos, pero agradezco cada adquisición como si fuese la última. Al igual que a las instituciones que han contado con mi trabajo para sus colecciones y la gran labor de las galerías y agentes con los que he trabajado. Suena cursi, pero es como un sueño, y aunque no me cueste desprenderme de las obras me emociona mucho que ahora estén en tantos lugares y la confianza de las personas que han apostado por ellas.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Manet), 2019. Plastilina sobre papel. 250 x 210 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el ámbito artístico?

R. Creo que escuchar, respetar y aprender. No reproducir comportamientos tóxicos, ni exigir pedagogía a las compañeras, sino una fuerte reflexión y autocrítica atendiendo a lo que dicen y denuncian. Yo mismo acabo de mencionar referentes de la Historia del Arte y ninguno era una mujer, el problema desgraciadamente es de raíz. Luego es clave la educación y algo que me preocupa cada día al criar a mi hijo, porque en diferente medida también acabas sufriendo ese mismo sesgo y quiste patriarcal, rebelarse contra ello y entender que las cosas pueden cambiar, y que antes de hablar mejor escuchar y apoyar.

 

 

 

Rafael Jiménez, St (Chiquita), 2020. Plastilina sobre impresión. 21 x 29 cm. Cortesía del artista

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Preparo exposición individual con Galería Modus Operandi (Madrid) para final de año, comenzamos la décima edición de Z en Montalbán de Córdoba junto a mi compañero Demetrio Salces y si todo va bien algunos proyectos en torno al video, el dibujo, la pintura como proceso y la animación.

 

Puedes ver otras obras de Rafael Jiménez en su página web y en su perfil de Instagram.

Compartir este artículo
Seguir:
Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.